domingo, 27 de julio de 2014

Love Desire V

Titulo: Love Desire

Autor: Jung Naomi

Pareja:  YunJae

Extensión:  5/?

Resumen: ¿Amor? ¿Obsesión?

Después de que TVXQ! Y JYJ siguieran sus caminos los años han pasado con mucha rapidez. Ya no son niños inocentes, tampoco esos jóvenes adultos que se dejaban llevar a través de los impulsos. Y tal vez, era esto lo que más se lamentaba Kim JaeJoong. Después de una última discusión nunca más se había cruzado en el camino de Jung YunHo.

¿Pero será casualidad o destino? Algunas cosas están escritas a volver a cruzarse y luego de años alejados es momento en que dos adolescentes irrespetuosos y egocéntricos terminen por hacer que se encuentren de nuevo cara a cara.


Kim HaRyu desconocía la historia de su padre con otro hombre, y sin darse cuenta caerá en las redes de un Jung.

Love Desire

Un suspiro se ahogó en la base de su garganta, y sus pies terminaron por retroceder. Sabía que ya era un tema enterrado entre memorias, pero en su mente tenía grabada las constantes conversaciones que sus padres buscaban mantener en secreto cuando él era tan solo un niño. Las constantes lágrimas, quejas y odio que en cada momento salía englobado como un monstruo sin rostro que la identificaba como “esa empresa”.

La culpa presionó directamente sobre su pecho y lo aturdió, sintiendo un trago amargo que pasaba por su garganta antes de retroceder unos pasos, dispuesto a tomar el bolso que se encontraba en su asiento y marcharse. Pero en ese momento la puerta se abrió, haciendo que su cuerpo quedara inmóvil. El hombre lo observó con cuidado, dejando sobre la mesa unas carpetas antes de sonreírle con amabilidad en sus facciones maduras.

-¿Han HaRyu? Soy Kim Jay, seré tu profesor tutor y encargado de ver el estudio de las partituras.- Cerró la puerta detrás de él, aunque notó con facilidad que el gesto del pequeño japonés lo delataba en lo que parecía incomodidad. Consiguiendo con esto que su mirada se elevara de inmediato, observando el objetivo al cual no quitaba los ojos al ingresar. –Oh, ya veo ¿Te impactó saber que entrenarás en la misma sala que lo hizo DongBangShinKi?-

El nombre en coreano retumbó en su mente. Y aunque le hubiera gustado afirmar que si, sus labios no se movieron coherentemente y solo soltó un pequeño titubeo. Nuevamente sus facciones le fallaban y dejaban relucir la confusión en cada uno de sus rasgos, consiguiendo que su instructor riera.

-Según tu informe eres Japonés ¿No es así? Allí, ellos fueron conocidos como Tohoshinki. El grupo que le abrió las puertas a todo el Kpop en tu país.- Le empezó a comentar como si fuera tan solo un cuento. O en cierta forma así sonaba para HaRyu que lo siguió con la mirada mientras acomodaba las cosas en su bolso. –Los cinco se entrenaron en esta empresa, aunque solamente YunHo ssi y ChangMin ssi se quedaron.- Murmuró aquello último, tomando asiento en la silla que se encontraba en frente de su alumno.

-¿Y por qué las otras tres personas se fueron?- Preguntó, porque a pesar de que hace un tiempo había leído sobre ello, era la primera vez que alguien le hablaba directamente del tema.

-Bienestar económico. Muchas veces por dinero baila el perro…-

Con esa frase le costó respirar, sintiendo un profundo sabor amargo pasar por su garganta. Ciñendo fuertemente las manos a su costado con la mirada ligeramente perdida en los retratos que enmarcaban unas sonrisas amplias y profundas, sintiendo que esa imagen no encajaba con las escenas de la historia suelta que conocía de boca de su padre. El mayor notó esa duda en sus ojos, pero le dio un corto tiempo de reflexión mientras que acomodaba entre sus manos las hojas que iban a ocupar. Dándole así tiempo suficiente para que pudiera meditar pausadamente aquella situación.

-Hace tiempo que no tenía a alguien interesado en esa vieja historia. La gran mayoría de los alumnos cuando ingresan lo hacen sabiendo que ellos se formaron aquí.- Con un suave comentario tomó la planilla que tenía para el seguimiento del menor, sonriendo al ir anotando el nombre y fecha. –Tu tuviste suerte de que tanto YunHo ssi como ChangMin ssi aprobaran tu audición. Hay muchos que te tienen envidia, lo cual se torna cómico al saber que realmente no sabías quienes eran al tomarte la audición.-

El día anterior había sentido un hueco en el estomago en cuanto terminó por enlazar el parentesco de JiHyuk y TaeHyun con sus respectivos padres. Ahora tenía hasta cierto miedo en la forma en que el destino parecía reírse cruelmente en su cara. Pero aunque en su corazón latiera la inseguridad y sabía que lo mejor era marcharse de ese sitio, algo mantenía sus pies firmes en aquella sala.

-¿Listo para comenzar con la clase, joven Han?- Con una sonrisa el profesor le consultó debido a su silencio, consiguiendo que al fin la mirada de HaRyu volviera a él y dejará de estar perdido en sus pensamientos.

Con los labios ligeramente abiertos y su voz ahogada en la garganta observó de reojo aquella imagen que tenía la fecha del año 2003 y sintió una punzada de decepción al ver la sonrisa de su progenitor. Dudando no de sus acciones, sino de las palabras que le hubiera dicho.

-Sí, empecemos.-

Love Desire

La primera prenda se deslizó por sus hombros y el sonido ahogado de su voz golpeó con  aire caliente. Algunos papeles se deslizaron por el escritorio y cayeron en el suelo en forma descuidada, algo que a ninguno de los dos le importó realmente.

La piel trigueña brillo con la ligera transpiración que corría su cuerpo, y el menor gimió ahogadamente con sus piernas abiertas dispuestas a él. Una ligera burla y sonrisa cómplice entre ambos hombres fue suficiente para evitar las palabras de cariño mientras que lo iba penetrando. Dejando que la lujuria se levantará entre las palabras conjugadas con los suspiros y cada embestida que conseguía que ambos se movieran contra el escritorio de esa oficina.

-ChangMin…-

El nombre del más grande sonó como música de aquellos carnosos labios enrojecidos por los constantes besos. Haciendo que el CEO tuviera un espectáculo único de su pareja, sonriendo en forma torcida antes de sostener la base de sus muslos y de esa forma moverse con mayor ímpetu dentro de su cuerpo. Tomándose los minutos que necesitara para que cada zona de su cuerpo brillara con las marcas rojizas de su tacto y mordidas, hizo presión en esas zonas que bien conocía, buscando que él llegará al cielo entre sus dedos.

Fue suficiente que un grito anunciara que ambos habían llegado a su deseado orgasmo, desplomándose sobre la superficie de aquel escritorio. La  respiración era entrecortada, con sus manos entrelazadas a un costado de ambos cuerpos y los labios del mayor esparciendo cortos besos sobre la pronunciada línea de su hombro. Solamente compartiendo una sonrisa cuando ambos se separaran para verse a los ojos.

-¿Qué era el tema que venías a tratar?- Con total naturalidad su voz ronca volvió a tener aquel tono que siempre ocupada en el trabajo. Separándose lo suficiente de él para deslizarse de su cuerpo y tomando su postura erguida, corrió el cabello oscuro con sus dedos hacía atrás.

-¿Ahora lo preguntas? Si la empresa se hubiera estado incendiando ambos habríamos muerto quemados adentro.-

El cuerpo más pequeño se movió con cierta dificultad en un comienzo. Aún así tomó la prenda que estaba a su par para podérsela alcanzar al notar que le pertenecía al otro. Manteniendo su gesto fruncido en toda su queja.

-Pero hubiéramos muerto felices ¿A cuánta gente no le gustaría morir teniendo una sesión de sexo salvaje?- Tomó la camisa que le alcanzaba y se la empezó a colocar. Manteniendo esa sonrisa inconfundible que achicaba ligeramente su ojo derecho.

-¡ChangMin!- Soltó en un gruñido entre dientes, luego de haberse puesto la camiseta.

-MinHo…- Respondió con una ligera mueca perspicaz en su rostro, observando al menor divertido, terminando por recibir un golpe de su parte sobre su hombro.

-Cuando quieres eres como un crío.- Choi refunfuño por lo bajó, inclinándose a levantar su ropa interior del suelo para deslizarlo por sus piernas. Con el gesto ligeramente arrugado.

-Así me amas.- Sin dar oportunidad a que su dongsaeng se moviera, lo tomó por la cintura, apoyando su mentón sobre su hombro y ciñendo toda su espalda contra su pecho. Ladeó su rostro para dejar una serie de besos cortos por la extensión de su largo cuello. –Hace tiempo que no te hacía el amor en mi oficina.-

-Eres un pervertido.- Sus manos tuvieron que retener las de su pareja que sin vergüenza alguna se deslizaban debajo de su camiseta recién colocada. –Espera, llegarás tarde a tu reunión con YunHo ssi.- Mencionó al  separarse del refugio que significaban sus brazos, dejando un suave beso sobre sus labios que de inmediato se torcieron.

-Se puede quedar esperando, no pienso ir.-

MinHo carcajeó al sentir aquella rotunda negativa, manteniendo la corta distancia que su relación sentimental le permitía tener con el mayor. Pero antes que pudiera bromear al respecto, el sonido del teléfono interno lo distrajo. ChangMin posó sus manos sobre la cadera de él y le pidió que no se moviera con el simple gesto de negar con la cabeza. Aún así su esposo simplemente rió, deslizando su nariz por su mentón antes de alejarse. Recibió un bufido como una clara queja, aunque el CEO aprovechó aquella distancia para terminar de vestirse. Intentando arreglar un poco su aspecto descuidado, siguió en todo momento la figura trabajada del menor, sonriendo.

Por su lado, MinHo ignoraba todos los gestos del contrario y con calma tomó el intercomunicador, atendiendo con la amabilidad que lo caracterizaba y justificando a Shim por la demora.

-¿Me puede repetir quién lo busca?-

El tono tajante que había utilizado el menor consiguió que los grandes ojos de ChangMin giren a observarlo. Pero la duda silenciosa fue ignorada por completo, quedando en su sitio con la mano apoyada sobre la mesada mientras que su gesto se fruncía lentamente. Dejando escapar al final un prolongado suspiro.

-Dígale que el señor Shim bajará en unos minutos. Que espere en la sala de reunión del primer piso.-

Sus miradas no se encontraron hasta que hubiera colgado el teléfono, a lo que MinHo se encontró con un quejido en el otro en cuanto hubiera volteado. Pero en forma pausada tomó la última prenda que le quedaba en el suelo para empezar a colocarse su pantalón.

-JunSu hyung te busca. Le dije que ya irías.- Le respondió a todos los cuestionamientos mudos que le había planteado.

-¿JunSu? Que raro, no me avisó que hoy venía.- Musitó al buscar su móvil, aquel que había dejado tirado a un costado en cuanto hubiera tomado las riendas en aquella situación íntima con su pareja. –Pero pudiste preguntarme ¿No crees? Pensaba ocupar mi tiempo libre para poder ir a comer algo.- Aunque no lo estuviera mirando recriminó en su tono voz.

MinHo hizo un chasquido sonoro, haciendo que su lengua tocara su propio paladar revolviendo el cabello con sus dedos.

-De todas formas lo hubieras hecho. Y en cierta forma lo comprendo. JunSu hyung estuvo fuera mucho tiempo…- Susurró mientras que terminaba por dirigirse a la puerta, abriendo una vez ambos estuvieran correctamente vestidos. –Él hace que pueda volver a ver a mi “ChangMin hyung” de antaño, es por lo único que permito que te veas con otro hombre de esta forma.- Con los ojos entrecerrados dijo aquello, aunque sonriera, consiguiendo que su esposo hiciera una mueca torcida, similar a una sonrisa. –Me lo pagarás esta noche. Procuraré que TaeHyun y JiYool se vayan a la cama temprano.- Con aquello último guiñó su ojo y rió al retirarse.

ChangMin hizo un sonido divertido. Elevando la parte superior de sus labios, negó con su cabeza, sabiendo qué era verdad y falso de aquel dicho. Aún así se tomó unos segundos en su oficina solo antes de abandonarla con la tranquilidad y seriedad que lo acostumbraba. Abrochó los primeros botones de su saco al bajar por el elevador y tomar la dirección correspondiente.

En cuanto abrió la puerta de la oficina la figura de Kim JunSu resaltaba con naturalidad. Parecía concentrado en el libro que sostenía en sus delgadas manos. Aunque apenas hubiera escuchado el sonido levantó su cabeza, sonriendo de esa misma forma en que ChangMin recordaba desde adolescente. A pesar que esas ligeras arrugas se empeñaran en demostrarle qué tan lejos estaban ya de esos momentos.

-¿Memorizando ahora, hyung?- Preguntó al correr la silla. Sentándose en frente de él, cruzando sus piernas en la postura imponente que el tiempo le había heredado.

-Cada minuto libre es bueno aprovecharlo. Creo que una obra de este estilo sería de tu agrado.- Cerró el libro y lo dejó debajo de sus palmas apoyado contra la mesa. –Fue elección de Zoey entre las ofertas que tenía.-

Aquella aclaración hizo que la mueca en el menor se arrugará un poco más en la zona de su nariz. Extendió su mano sobre la mesa del escritorio para tomar aquel libreto, analizando con cierta curiosidad.

-¿Tu hija decide sobre tu trabajo?- Preguntó con cinismo. Un tono que a JunSu no le molestó.

-Te sorprendería la forma en que sabe dar exactamente en lo que desea la gente.- Con total seriedad señaló a su ex compañero, riendo luego brevemente. –Tiene el gusto excepcional de su madre. Ama la música y se siente parte de ella. Con leer las partituras que me envían con los libretos sabe exactamente cuáles escoger.- La voz de Kim rebosaba en orgullo. Y contra eso, ChangMin no podía invocar ninguna clase de burla, porque él era igual en sus sentimientos por sus hijos.

-Con toda la presentación que le puedes brindar creo que no necesitará ninguna clase de audición ¿Cuándo quieres traerla para que sea trainee?-  Siguiendo aquello como si fuera una cuestión seria sacó su bolígrafo y una libreta, mirando luego divertido al mayor.

La risa estrepitosa de JunSu se escuchó con naturalidad, tirando su cuerpo ligeramente hacía atrás mientras sacudía su cabeza de un lado al otro.

-Zoey tiene pánico al mundo idol. No le gusta y prefiere pasar sus días componiendo o viendo musicales.- Al apoyar su espalda contra la silla cruzó sus brazos en la zona de su pecho. –Creo que es más que nada el desconocer el ambiente de lo que son los ídolos coreanos. Europa es diferente y ella tiene una mentalidad más nacida en el extranjero. Por eso deseaba volver en gran medida.-

-¿Tiene que ver realmente ese con el motivo de que decidieran volver?- Aunque era una pregunta, JunSu sabía que ChangMin le planteaba una sugerente duda. Es más, estaba seguro que no era así y sospechaba el verdadero motivo. Se notó en el tono utilizado y en aquel gesto en que sus cejas se arqueaban un poco más de lo normal. El silencio de la otra parte le respondió, porque sabía que en su cara no podía mentirle de esa forma. -¿Ya has hablado con YooChun?-

El actor quedó con su mirada perdida unos segundos. Soltando un pesado suspiro antes de bajar su cabeza. De repente sentía que su humor decaía por completo.

Love Desire

El sol se había ido ocultando pausadamente, dejando que la sala de ensayos quedara iluminada exclusivamente por las luces del cuarto. La canción sonaba con una fuerza moderada, aunque carente de letra le permitía al joven que estaba bailando poder utilizarla a su conveniencia en cada uno de los movimientos libres que deseara hacer. Aprovechando que las prácticas habían terminado hace un promedio de quince minutos y todavía debía esperar para las siguientes, JiHyuk se había apoderado de la pista, concentrado en cada uno de sus movimientos, con un tema tras otro.

Desde su lugar, sentada contra el espejo en el suelo, JiYool observaba con curiosidad la manera en que estaba sumido en sus pensamientos su pareja. Si bien, todos los que lo conocían sabían la forma casi obsesiva que tomaba para perfeccionar su técnica, aquel día parecía que cualquier sonido lo irritaba. Al mínimo error soltaba un bufido sonoro, provocando hasta gracia en la muchacha que después de unos minutos relajó su postura, extendiendo apenas sus piernas mientras esperaba a que la canción culminara.

Pensaba que le hablaría una vez se detuvo, pero en su lugar había camino de nuevo al equipo de música. Dio play en aleatorio, consiguiendo la incredulidad de la joven Shim.

-Oye, estoy aquí también ¿No?-

Aunque su voz había sido lo suficientemente alta, el menor había pasado por alto su comentario. Empezó a marcar los tiempos con su pierna antes de deslizarse por el suelo de madera, enfocándose en la imagen que el espejo le devolvía por completo de su cuerpo e hiriendo por completo el orgullo de JiYool Shim.

-¿Tanto te afectó saber que HaRyu ingresó? ¿Qué sucede, JiHyuk? ¿Dónde quedó tu confianza?-

Su tono había sido claro y supo que había tenido un efecto directo al momento en que vio como el cuerpo de Jeong se detenía. Su mirada pasó sobre ella, con fuerza, con los párpados entrecerrados fulminándola con la mirada. Dando a JiYool la certeza que había acertado en el clavo. Pero lejos de intimidarse ella soltó un profundo suspiro. Se incorporó de su sitio y tomó el control de la música, deteniéndola, quedando apoyada apenas sobre el mueble.

-No debiste hacer aquella estúpida apuesta sin saber siquiera si era bueno. Aunque no entiendo qué miedo tienes. Dentro de unos días te pasarán al grupo que está por debutar. No tienes que demostrar nada a nadie a estás alturas, JiHyuk, ya lo has hecho por muchos años al alejarte de la sombra de tus padres.-

El menor no sabía si le estaba reprochando o alentando con aquellas palabras. Pero en gran medida había ayudado para calmar la respiración que movía su pecho. Aún así se tomó unos segundos para él, esquivando los ojos que buscaban más que ese silencio. Observando su figura en el reflejo del espejo, pasó sus dedos por su cabello desordenado al ahogar un profundo suspiro.

-Tengo un mal presentimiento, JiYool.- Espetó al final, sabiendo que con ella podía expresar todo lo que pasaba por su cabeza.

-¿Mal presentimiento o miedo, cariño?- Esa pregunta fue definitiva para que la joven Shim se acercara en su dirección con los brazos cruzados sobre su pecho.

Y al contrario de que el menor reaccionara abruptamente, dejó colar un lento suspiro de sus labios.

-Miedo. O algo peor, un mal presentimiento.-

Love Desire 

-Tenga buenas noches, señor Jeong.-

-Vayan con cuidado, niños. No anden solos ni por calles oscuras ¿Está bien?-

-¡Si!-

YunHo saludó con su mano y una agradable sonrisa en los gruesos labios. Terminando por cerrar la puerta por donde los aprendices de más pequeña edad se habían retirado. Estando seguro que no hubiera quedado nadie ni siquiera en el ala de los vestidores siguió con su inspección. Su humor era agradable, y eso se notaba en las facciones que relajadas le daban un aspecto sereno, a pesar de que aún le quedaba algunas horas y una cena pendiente para terminar con las actividades de ese día.

Ser la cabeza principal de la empresa le significaba un peso muy fuerte sobre sus hombros, a pesar de que su esposa siempre estuviera a su par para acompañarlo. No era su obligación ver que los niños ya se hubieran marchado, pero era algo que disfrutaba hacer cada día. Una rutina que siempre repetía y terminaba en donde se encontraba parado en aquellos momentos. Con la mitad de las luces prendidas y la puerta entreabierta a su espalda, observando la pared de nubes y el espejo que cubría toda la otra. A pesar de que ahora sea una sala que se acostumbraba a ocupar en casos especial, YunHo no veía el presente cada vez que pisaba allí. Sino su mente retrocedía a muchos años atrás. Le gustaba por unos segundos en su vida diaria, recordar las risas que había compartido en aquel sitio.

El sonido de sus zapatos al caminar resonó con facilidad hasta que terminara por prender el equipo de música que se encontraba en una esquina y dando play a un tema de su legendario ídolo Michael Jackson. Por unos segundos, en la imagen que reflejaba aquel espejo, dejó de ver al hombre de más de cuarenta años, el traje oscuro de marca pasó a ser aquellos pantalones anchos y camiseta vieja que ocupaba durante largas horas de su adolescencia. Los movimientos pulidos, exactos y fluidos en determinadas ocasiones le daban una sensación gratificante que llenaba por completo su pecho, y a lo lejos, desde sus recuerdos escuchaba cómo unas voces lo alentaban de una manera casi escandalosa.

El chirrido de sus zapatos resonó en la pose final, justo en el momento en que el tema terminaba y él regresaba lentamente a la realidad. Con el cabello castaño ligeramente desarreglado y la respiración agitada moviendo su pecho, pero con una sonrisa de verdadero goce cubriendo sus labios. Manteniendo aquella pose hasta que unos aplausos lo hicieron voltear, notando que en la puerta la elegante silueta de BoAh le sorprendió. Aunque ahora su risa fuera de vergüenza.  

-Sigo sin entender por qué te encasillaste en no volver a bailar después del servicio militar.- La mujer estaba entusiasmada, eso se notaba en su tono de voz y en la forma en que los hoyuelos de sus mejillas se profundizaban. –Es un desperdicio, Yundol. Parecías tan motivado y vivo en ese momento.-

Jeong se rió entretenido, porque quien había sido su mejor amiga hasta convertirse en su esposa, jamás había aceptado aquella decisión de dejar el ámbito profesional del baile. Y es que ambos compartían aquella pasión por el baile, así que sabían lo que significaba.  

-Estaba recordando algunas cosas.- Musitó para inclinarse a levantar el saco que en un momento de la improvisada coreografía había dejado en el suelo. –Esta fue nuestra primera sala de ensayo. Me sentí como un niño de nuevo por unos minutos.- A pesar de estar contándole a ella, su mirada divagó por los diferentes puntos de aquel lugar, ahogando un corto suspiro.

La mujer observó expectante y sonrió con ternura, avanzando en su dirección y extendiendo su mano para tomarla con suavidad y firmeza.

-¿Los extrañas?-

Esa pregunta quedó flotando unos segundos en el aire, de la forma en que YunHo cerraba sus párpados haciendo una presión más certera sobre la unión de sus dedos.

-El pasado no se puede volver. Lo sabes perfectamente. No hemos hablado por más de diez años.-

BoAh hizo cierta mueca en sus labios, arrugando su nariz y entrecerrando sus ojos en verlo. Pero no llegó a contradecirle o a comentar algo cuando el sonido de su móvil la interrumpió en la primera palabra. YunHo rió victorioso y ella con una ligera mueca se alejó apenas, respondiendo a la llamada de parte de su secretaria.

El mayor había aprovechado eso para apagar la música que aún sonaba. Acomodando su cabello en la espera a que su mujer terminara, pero en cuanto se dispuso a hablarle, notó aquella mueca distante luego de colgar.

-¿Sucedió algo?- Su voz se tornó firme y preocupada, pero en cuanto le negaron miró aún desconcertado. -¿Para qué te llamaron?-

-YooChun está en el hall. Desea hablar contigo.-

Por unos segundos YunHo se había olvidado hasta cómo respirar. Y sus facciones fueron perdiendo la jovialidad que hace algunos segundos mostraba. BoAh lo miró en silencio, sin saber exactamente qué decir o hacer.

-Les diré que estás ocupado…- Sugirió y elevó su teléfono para volver a marcar. Pero antes de que pudiera concretarlo YunHo elevó su mano para detenerla.

-No, iré. No te preocupes.-

A su respuesta, lo observó con preocupación. Pero solamente guardó el móvil en su chaqueta. Jeong fue el primero en salir de aquella sala de ensayos, siendo seguido de inmediato por los pasos de su esposa. Guardando el silencio entre los dos subieron por el elevador a la planta principal de la administración. En cuanto las puertas del artefacto se hubieran abierto la secretaria se acercó a ellos. Y, aunque BoAh se paró para hablar con ella, YunHo siguió su camino al punto que la vicepresidente tuvo que disculparse antes de correr y alcanzarlo en el preciso momento en que abría la puerta de su oficina.

Desde su sitio, sentado en el sofá con sus brazos cruzados sobre su pecho, la mirada oscura de YooChun se topó con la de YunHo. Siendo evidente la tensión que había en ambos cuerpos, a pesar de que Jeong inclinara ligeramente su cabeza y pasara caminando recto hasta la silla de su escritorio. BoAh notó que la mirada de quien hubiera sido su amigo no se despegó del CEO, por lo que decidió cerrar la puerta de la oficina, dejando a ambos una respetable privacidad e indicando que no los molestaran hasta que hubiera terminado el encuentro.

Pero a pesar de que hubieran pasado unos dos minutos desde que los habían dejado solos, YunHo había acomodado los papeles, y YooChun lo analizaba profundamente con su mirada desde su sitio, todo en total silencio. Hasta que fue determinación del mayor ser el primero en comenzar.

-Hace años que no sé de ti. Y por lo que no te comunicaste, sino viniste directamente, debo suponer que no es más que por mera cordialidad ¿O me equivoco?-

La exposición de Jeong no pretendía ser seria, ni mucho menos cortante con él a pesar de la sorpresa inicial que le hubiera dado el encontrarse con su ex compañero de esa forma. Pero lo conocía y sabía que los malos términos en que se habían alejado le impedían tomar a la ligera aquel encuentro. YooChun torció sus labios, en algo similar a una sonrisa irónica.

-Siempre tan acertado, líder.- Su voz era ronca y pausada, estirando aquel honorario que había ocupado con él, dejando que YunHo comprendiera su sarcasmo. –Deseo que firmes una petición para dar de baja la ley de censura que aplicó SM contra nuestro nombre.-

En cierta forma no le sorprendió la petición, aún así no pudo ignorar que esta fuera tantos años después. Aunque su ligera reflexión no se notó en sus gestos, al contrario solamente tomó una libreta que había al costado y los sellos que le correspondía a su posición.

-¿Necesitan algo más que mi firma? ¿O es necesario que mis abogados se contacten con los suyos?- Preguntó sin demasiados rodeos, dejando de nuevo su mirada fija en la de él.

-No. Según tengo entendido, con tu autorización podremos llevar a cabo una anulación. Aunque seguramente nuestros abogados te contactarán en algún momento para asegurarse de que esté todo en orden.- Al saber que no iba a tener una negación de su parte su cuerpo se relajó un poco más. Observando cómo ahora YunHo estaba escribiendo.

-Bien ¿Debo poner el nombre biológico de cada uno de los tres o el de su empresa?- Quiso asegurarse, mientras su letra se iba trazando en una de las hojas, por lo que no notó la duda en la mirada de YooChun.

-No, con el nombre de JaeJoong y el mío.- Sin darse cuenta su voz había sido tajante, consiguiendo que los ojos de YunHo se elevaran a verlo algo desconcertado y comprendiendo así que él ignoraba ese detalle. –ChangMin firmó hace un tiempo la anulación de la de JunSu.-

Fueron unos segundos en lso que le costó reaccionar, sabiendo que Shim no se había olvidado de comentarle, sino que había sido adrede ocultado ese dato hacia él. Aún así solamente asintió con su cabeza, escribiendo el nombre de ambos en su hoja antes de sellarla y firmar en el pie de la página. Lo deslizó sobre la mesa, dejando que los blanquecinos dedos de YooChun lo tomaran y leyera por encima antes de asentir.

-Es todo, muchas gracias por la cooperación, hyung.- Con un tono más evocado al respeto que en un comienzo, Park se incorporó y saludó con una reverencia al mayor.

YunHo relajó con ello sus facciones y se permitió una ligera curva en sus labios, formulando una pequeña sonrisa, para después incorporarse y extender su mano a él, en un saludo formal. A lo que el otro dudó por unos segundos, pero luego terminó por estrecharla e inclinar su cabeza en cordialidad.

Pero cuando estaba por marcharse, Jeong soltó aquella pregunta que estaba presionando su curiosidad.

-Espero que tengan mucha suerte en sus dramas.- Comentó con buena voluntad, pero no supo por qué de repente la mirada de YooChun le observaba divertido.

-¿Dramas? No, hyung, esta vez es diferente a eso.- Susurró mientras que sonreía más amplio al ser observado. –Nos veremos más de lo que te imaginas, en los programas de música. JaeJoong está de regreso y dispuesto a hacerse notar.-

Aunque había deducido que el mayor de sus ex compañeros estaba en Corea del Sur, aquella noticia dio un vuelco en la base de su estómago; algo que por primera vez no pudo ocultar, con los labios ligeramente abiertos. Dejando de esa forma a YunHo imposibilitado de responder antes de que YooChun se diera vuelta, y con un aire de satisfacción terminara por salir de aquella oficina.

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-JaeJoong ssi…¿JaeJoong ssi?-

La segunda vez que lo llamaron su cabeza se levantó, recién comprendiendo que se estaban dirigiendo a él. Subiendo apenas su mentón, observó a la mujer que le mostraba aquella campera de cuero con detalles en plateado.

-¿Está conforme con esta para la primera parte del mv?-

-Sí, perfecto.- Intentó sonar entusiasmado y positivo con su comentario. Pero supo por la mueca de la mujer que no había tenido mucho efecto.

Aún así la estilista inclinó su cabeza y se retiro, haciendo que la mirada de JaeJoong recorriera a la gente que se encontraba amontonados en aquel sitio. Entre los coordinadores de su vídeo, estilistas y gente de producción sentía que algo le faltaba, justamente lo que tenía lejos su mente de aquel sitio y perdido en las nubes de su pensamiento. YooChun no había regresado, y ya había pasado más de dos horas desde que había desaparecido anunciando que se encontraría con quien había sido su líder.

La culpa le estaba carcomiendo el pecho y la ansiedad conseguía que sus dedos repiquen con fuerza sobre la superficie del asiento donde se encontraba. La constante duda que había surgido al saber que su mejor amigo estaría frente a YunHo de nuevo solamente había hecho que a su mente se arrastraran aquellos recuerdos perdidos. Esa última vez que sus ojos se habían cruzado con los de Jeong. Algo tan sencillo y a la vez tan fuerte que lo colocó demasiado ansioso, con un profundo dolor en su pecho. Pero terminó por incorporarse de su sitio, y con un murmullo al director del proyecto le indicó que ya regresaría.

Salió por la puerta principal, palmeando en su ropa las llaves de su vehículo cuando notó que acababa de ingresar un mensaje de texto. Deteniendo en seco sus pasos al reconocer el nombre del destinatario.

“¡Está tan viejo, soul! Gordo y arrugado. Aún así lo conseguí. Podrás promocionar libremente.”

Sus gruesos labios sonrieron, marcando las mejillas delgadas con una mueca torpe y sintiendo cómo el alivio caía a sus hombros. Aunque sabía que YooChun estaba exagerando, en su mente la imagen deformada de aquel bailarín lo distrajo lo suficiente de sus pensamientos pesimistas. Aún así, con el móvil en sus dedos dejó salir un corto suspiro, bajando su cabeza a observar la pantalla táctil. Dejó que sus dedos se deslizaran con suavidad por su superficie, ingresando a la agenda y quedando con los ojos fijos en aquel nombre.

-¿Por qué lo tengo guardado aún cómo “mi Yunnie”?- Con cierto reproche a sí mismo bufó con fuerza, tirando el móvil dentro del bolsillo donde anteriormente lo tenía. Regresó nuevamente al edificio de la empresa, aunque tuviera un ligero sabor amargo por toda su garganta mezclado con felicidad.

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Sacudiendo su cabello largo y ligeramente rizado, JiYool envolvió este con la toalla que traía en su mano. Aunque algunas gotas terminaran por caer al suelo, a la joven parecía no importarle. Su atención estaba puesta en la figura de TaeHyun que se encontraba concentrado en su cuaderno, estudiando sobre el escritorio de su habitación. Ignorando la imagen de su hermana, a pesar de que sabía que se encontraba apoyada sobre el marco de la puerta.

-Me sorprende verte temprano en casa y sin HaRyu ¿Hoy estaba ocupado con el entrenamiento?- La pregunta era formulada con sorna, con el matiz necesario para captar la mirada del muchacho. Pero le respondió con una pequeña sonrisa, con la amabilidad que lo acostumbraba, haciendo que JiYool inflara un poco sus mejillas. –No es divertido discutirte si es que estás sumergido en tus apuntes, TaeHyunnie…-

Sin invitación previa se adentró a su cuarto, dejando la toalla a un costado, sobre una de las sillas del escritorio antes de avanzar hasta la cama del menor. Dejando que su cuerpo se desplomara con lentitud sobre la blanda superficie mientras era seguida por la atención ajena, que simplemente rió al conocer a la perfección el carácter de la joven mujer.

-Si es que noona puede tener a JiHyuk ¿Por qué yo no podría tener a HaRyu que ocupe parte de mí tiempo?- Volvió su atención al cuaderno luego de expresar aquello, tomando una vez más el bolígrafo para seguir escribiendo. Por lo que no notó la mueca de burla que le había dedicado su hermana. 

-Eres sensible cuando quieres.- Bufó por lo bajo, hundiendo su rostro sobre las sábanas.

Aquel humor era algo único que ambos compartían desde chicos. Algo innecesario de explicar y que a los ojos ajenos podía llegar a ser incomprendido, pero que ellos dos disfrutaban como código propio. TaeHyun siguió en silencio con la tarea de informática que le habían dejado, sin fijarse cómo la mayor estaba sentada sobre el colchón. Observaba uno de los libros que tenía en la mesa de noche, quedando en silencio por unos segundos antes de que ella volviera a hablar.

-¿Puedo dormir aquí hoy?-

TaeHyun no volteó a verla ni le sorprendió su petición. Simplemente asintió mientras que seguía escribiendo, consiguiendo con eso que JiYool sonriera y como una niña traviesa siguiera observando las cosas que se encontraban sobre su mesa de noche. Tomando sin petición previa el móvil de su familia, dispuesta a utilizar los juegos hasta que se desocupara, quedó por unos segundos observando el fondo de pantalla que por primera vez veía.

HaRyu estaba sonriendo ampliamente, algo que nunca había podido visualizar antes, y su hermano lo sostenía ligeramente abrazado. Consiguiendo que ambos pudieran salir en la pequeña lente de la cámara del móvil.

JiYool curvó apenas sus cejas. Dejando a un costado al aparato mientras que se volvía a recostar, observó desde su posición la espalda de TaeHyun. Dándose cuenta que la broma que anteriormente había compartido con él había pasado a ser cierta sin haberse percatado.

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Las puertas del elevador hicieron un sonido metálico en cuanto se hubiera abierto. YooChun guardó el móvil dentro de su saco luego de haber mandado el mensaje a su aclamada soul mate y subió, presionando directamente la planta baja. Con sus hombros tirados hacía atrás y las manos hundidas en su pantalón, se notaba la diferencia que había llevado en el momento en que entró a ese edificio y ahora que se marchaba conforme con sus logros.

No podía fingir que estar de nuevo en esas instalaciones no le presionaba ligeramente el pecho. Pero sabía que por más que sus relaciones con YunHo no estuvieran bien, aquel ya no era el mismo sitio que en años anteriores habían significado entre el delicado juego de su cárcel y su hogar.

Las puertas se abrieron con un melodioso timbre y salió con pasos relajados y seguro de sí mismo, llamando la atención de algunos niños casuales que pasaban por aquel hall de recibimiento. Notando cómo había levantado un pequeño murmullo entre los curiosos que lo empezaban a señalar, fue el signo que necesitó para apresurar sus pasos, hasta que un adolescente lo hubiera detenido con una sonrisa amplia y entusiasmada.

-Disculpe, señor…¿Es usted Park YooChun?-

Había sido un error pasar por alto que todos los chicos que circulaban allí eran del ambiente del espectáculo. Y aunque hubiera pasado un buen tiempo desde que se había retirado de escena, el nombre de sus dos grupos habían marcado un antes y un después para los ídolos, por lo que no tuvo más remedio que sonreír pausadamente asintiendo con su cabeza.

-Así me llamó, pero…- Susurró apenas, pero fue interrumpido por el muchacho que se giró de inmediato al grupo de amigos que tenía en frente.

-¡¿Ven?! ¡Les dije que era Park sunbaenim!-

YooChun sintió que la atención de todos se centraba de nuevo en él, y los niños que estaban a su alrededor se acercaban de golpe, pidiendo consejos y autógrafos. Intentando mantener su sonrisa cordial, iba acercándose a la puerta. El tiempo le había sacado por completo la costumbre de tratar con los fans.

A unos metros suyos, HaRyu bajaba por el elevador luego de haber terminado con las clases de baile. Con el bolso pegado a su espalda y un cansancio que golpeaba cada centímetro de su anatomía. Decidido a llegar a su hogar y por un momento olvidarse de todas las preocupaciones que lo habían azotado en esa tarde. Dispuesto a avanzar una vez hubiera llegado a la planta baja notó que había revuelo, por lo que ladeó su cabeza buscando una salida lateral para no involucrarse en aquel embotellamiento.

Caminó a un costado, resuelto a marcharse. Tan perdido en sus propios asuntos que no notó cómo el compositor y manager de su padre estaba buscando una salida opcional lejos de los trainee, sin poder evitar fijarse en una familiar cabellera pelirroja que sobresalía entre el resto. Abriendo sus ojos y pudiendo al fin moverse gracias a la seguridad de la empresa que había intervenido, agradeció en un corto inglés y corrió en dirección por donde lo había visto salir.

Abrió de golpe la puerta del estacionamiento y reconoció, en efecto, la figura de Kim HaRyu caminando con tranquilidad. Comprimiendo sus puños a un costado, soltó su nombre en lo alto, haciendo que por primera vez el mitad japonés sintiera que la sangre se le helaba, girando su cuerpo de inmediato al quedar frente a frente con quien era su tío desde que nació.

Las palabras se atragantaron en la base de la garganta del menor, que se aferró a la correa de su bolso bajo la mirada incrédula de Park, aquella que buscaba alguna explicación en los ojos de HaRyu.

-Dime que no es lo que pienso.- Pidió en forma pausada, mientras que sus pasos avanzaban lentamente, quedando a tan solo unos centímetros de él. Aunque la mirada ajena se escapaba por completo de él. –HaRyu, mírame y dime que no estás aquí como un trainee.-

El silencio fue su única respuesta, contextualizada con las mejillas rojas de vergüenza del adolescente que escondía por completo su mirada de la de él. Durando unos segundos en aquella situación antes de intentar verlo.

-Puedo explicarlo, tío…-

YooChun elevó su mano, callando la voz baja que marcó aquel acento extranjero que se revelaba con mayor énfasis en su nerviosismo.

-¿Explicarlo? ¿Sabes que cuando sepa tu padre esto lo va a destruir por completo, HaRyu?- Sin darse cuenta, su tono de voz se había elevado aprovechando que no se veía a nadie más en aquel estacionamiento.

-Por favor, no se lo digas a papá, yo…-

-¿Qué se lo oculte? ¿Eres consciente de lo que me estás pidiendo? No solamente desobedeciste la petición de tu padre de no involucrarte con el entretenimiento, sino que en esta empresa justamente… JaeJoong estará decepcionado.-

-¡No! ¡Por favor! ¡Tío, yo no sabía!-

YooChun ahogó un quejido y negó con su cabeza. Señaló la puerta de salida, indicando que lo siguiera en silencio, algo que HaRyu no tuvo intenciones de contradecir. Con sus hombros caídos y pasos cortos empezó a avanzar, sintiendo cómo su corazón dolía con cada uno de sus pasos.

Lo que ninguno de los dos había notado era la mirada que había captado por completo aquella charla desde el vehículo al cual había subido justo en el momento en que Han había salido. JiHyuk esperó a que ambos se hubieran marchado y miró desde su sitio en el asiento, intentando asimilar las cosas que acababa de escuchar.

Continuará…

4 comentarios:

  1. Cuando uno trata de ocultar las cosas, por lo regular casi luego luego se descubren, eso de paso a HaRyu. El encuentro de dos amigos, compañeros antes del grupo DBSK, emoción al verse nuevamente pero no demostrándolo, el orgullo. Me dio risa la descripción que dio Yoochun de Yunho a Jae, viejo, gordo y arrugado, jajajaja.

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  2. Andale haryu por andar ocultandole las cosas a tu papá y qur lo cacha eL tío chun : O que le dirá jaejoong cuando se enteré...

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  3. lo sabia TaeHyun se esta enamorando de HaRyu y JiYool se a dado cuenta de eso que ara
    no me puedo imaginar a un yunho gordo viejo y arrugado es lo contrario a pesar de el tiempo se pone mas guapo el hombre
    me inquieta saber que ara yoochun con lo que se entero de HaRyu le dirá o no a jae
    pues ahora si que están en un tremendo lío pues no sera nada agradable romper el corazón de jae con esta información

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  4. hasta yo senti tension cuando estaba yoochun y yunho juntos... =S y la descripcion que chun le da jae de yun jajjajajajajajaj.... y cuando sera uqe junsu hablara con chunso.. y xq no quere verlo i.i

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